En 2007, 14 años luego del fallecimiento de Escobar, cuando personas en la zona rural de Antioquia, a 320 kilómetros al noroeste de Bogotá, empezaron a denunciar el avistamiento de un animal peculiar. Todos venían de la Hacienda Nápoles.
Localizada a medio camino entre la ciudad de Medellín y Bogotá, la capital colombiana, la Hacienda Nápoles era el rancho propiedad de Pablo Escobar. A principios de la década de 1980, dluego de que Escobar se hiciera rico, pero antes de que comenzara la campaña de asesinatos y atentados que casi desgarró a Colombia, se construyó un zoológico.
Hizo contrabando de elefantes, jirafas y otros animales exóticos, entre ellos cuatro hipopótamos: tres hembras y un macho. Y con un gesto típicamente grandioso, pudo permitir que el público vagara libremente por el zoológico.
Situada a medio camino entre la ciudad de Medellín y Bogotá, la capital colombiana, la Hacienda Nápoles (Getty Images)
Camiones llenos de estudiantes pasaron bajo una réplica del avión de hélice que transportaba los primeros envíos de cocaína de Escobar.
Cuando la Hacienda Nápoles fue confiscada a principios de la década de 1990, la colección de animales de Escobar se dispersó a los zoológicos de todo el país. Pero no los hipopótamos. Durante aproximadamente dos décadas, se han revolcado en un lago espeso, los hipopótamos prosperaron y se multiplicaron.
Nadie sabe cuántos hay. La autoridad ambiental local, que tiene la responsabilidad de ellos, estima 40 y la mayoría vive en el lago del parque. Pero se sabe que 12 han ido cerca del río Magdalena, y tal vez muchos más.
30 años después de que Pablo Escobar trajo a casa cuatro hipopótamos, la situación se ha salido de control.